Al costarricense promedio, nadie le tiene que probar si el salario que gana alcanza para terminar el mes. La mayoría sabe que no es así; entre alzas de combustible, alimentos básicos, transporte público y servicios básicos, la única salida que muchos encuentran es endeudarse con garroteras o quedar comprometidos al máximo con las tarjetas de crédito.
Lo peor, es que lejos de sentirse comprendidos y auxiliados por el Gobierno, hemos visto los reiterados intentos que han hecho los gobiernos de turno de los últimos años, por aprobar paquetes de impuestos, no pequeñas reformas, sino paquetes profundos y graves, para acongojar aún más al ciudadano, cuyo poder adquisitivo disminuye día con día para adquirir lo básico.
Un servicio, quizá el más básico para todos los sectores del país, sin distingo de abonado o empresario, es el de la electricidad.
Si hacemos el pequeño ejercicio de comparar nuestros recibos de luz de los últimos meses, veremos el aumento creciente que han tenido, y si, comparamos los de los últimos años, veremos con tristeza que el aumento ha sido mayor al 100%.
Esa tristeza se convierte para muchos costarricenses de escasos recursos, en una angustia mensual, y en la decisión en algunas ocasiones, de pagar el recibo de la luz o el comprar los alimentos, la escogencia se torna patética.
Todo esto tiene una razón de ser. En las propuestas que Otto Guevara presenta al país, para solucionar éste y muchos problemas, se plantea de forma más que clara el origen de tal situación, abro comillas:
“el precio de la luz lo fija la ARESEP. El ICE tiene el monopolio del mercado eléctrico, produce casi el 90% de la electricidad que consumimos. Tiene el monopolio de la compra de electricidad del sector privado y distribuye al por mayor la totalidad de la electricidad, utilizando en algunas zonas a otras distribuidoras como las Cooperativas, Empresas Municipales y su subsidiaria Compañía de Fuerza y Luz.
El modelo que utiliza ARESEP para fijar el precio de la luz le permite al ICE incluir todos los costos en que incurra para producir y distribuir la electricidad. Incluye las inversiones que realiza en ciertos proyectos hidroeléctricos, y los financiamientos elevados también los incorpora en esa estructura de costos. No tiene el ICE ningún freno para incorporar todo tipo de gastos a la estructura de costos, los cuales luego son trasladados a los consumidores vía tarifas.” Cierro comillas
A todas y todos los costarricenses les doy una buena noticia, el freno a la alza de la luz sin límite tiene solución, siempre que se tomen medidas determinantes. En la propuesta de Otto Guevara que menciono, se enumeran y explican medidas eficaces, pero sobre todo reales, que no han sido tomadas por los gobiernos de turno.
Estas medidas son: frenar los gastos del ICE que son trasladados a tarifas; aprobar la Ley General de Electricidad para abrir el mercado eléctrico; explotar el potencial hidroeléctrico, eólico, geotérmico, y de biomasa para producir electricidad; adjudicar la construcción del Proyecto Diquís a través de un “BOT” –sistema construya, opere y transfiera; explotar nuestro gas natural para producir electricidad; mantenernos al tanto del desarrollo tecnológico para la generación distribuida y redes de transmisión inteligentes; exonerar al ICE del impuesto a los combustibles que utilice para la generación térmica; modificar la forma de financiamiento de los proyectos del ICE y de otros actores del sector para lograr mecanismos financieros que impacten menos en las tarifas eléctricas; ahorro de energía; mejorar significativamente la eficiencia y el ahorro de energía, como por ejemplo, el cambio agresivo de luminarias incandescentes por electrónicas tipo LED.
Los invito costarricenses a revisar de manera completa lo que nuestro Partido Movimiento Libertario ofrece para levantar el país y dirigirlo hacia el desarrollo. Si quieren formarse criterio y dar un voto sesudo en las próximas elecciones, tomen su tiempo y visiten nuestra página LASPROPUESTASDEOTTO.COM, que no sólo están acorde con nuestra realidad, sino que son efectivas y realizables.
De su decisión dependerá el futuro de Costa Rica en los próximos años.