Quiero dedicar las siguientes palabras a la memoria del Dr. Manuel Aguilar Bonilla.
Les relato una anécdota que lo retrataba de cuerpo entero: siendo Vicepresidente de la República en los años setentas, llegó a la ciudad de Liberia a inaugurar las primeras viviendas del IMAS, y antes de abordar el discurso de fondo, ordenó bajar todas las banderas de su partido político, que habían sido colocadas en los techos de la gran mayoría de las casas.
¡Qué muestra de grandeza, objetividad e imparcialidad políticas de un funcionario público!!!! Dignas de ser imitada por algunos de los alcaldes que fueron electos en diciembre recién pasado.
El Dr. Aguilar Bonilla más que un político, era un médico excepcional, que siempre supo deslindar el ejercicio privado de la medicina, de la atención dentro del sistema de seguridad social, conservando en ambos casos, el mismo calor humano, cariño y dedicación hacia sus pacientes.
Catedrático de cirugía durante 60 años, docente permanente de enorme sapiencia, supo compartir sin reparos su enorme experiencia y amplio conocimiento humanista, a lo largo de su fructífera existencia.
Virtuoso cirujano, maestro formador de decenas de especialistas.
A su paso por las aulas y hospitales donde transitó, dejó siempre una estela de gran caballerosidad, compañerismo y calor humano.
Nunca maltrató a colegas, ni a funcionarios, ni a subalternos, a pesar de haber ejercido durante años, jefaturas de diversa índole en el escalafón médico.
El país ha perdido otro de sus hijos predilectos, y sirva este medio para hacer llegar a sus familiares y descendientes, las muestras de condolencia a título personal, de mi familia, y de parte del Partido Movimiento Libertario.
Descanse en paz Dr. Aguilar….
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