Cuando hace poco más de 2 años, la Sala Cuarta declaró inconstitucional algunos artículos de la ley que creó el Instituto del Cáncer, planteó en ese momento 2 opciones:
1. Dar un plazo hasta 3 años para que la Asamblea Legislativa reformara dichos artículos o;
2. Su eventual cierre, y traslado de los recursos a la Caja del Seguro Social.
Los jerarcas de salud en ese momento, optaron por lo más fácil, cerrar el Instituto y no hacer el Hospital del Cáncer que era mandato de la Ley, para tomar los 36 millones de dólares existentes y pasarlos a la Caja.
Así, en el 2008 fue cerrado el Instituto Costarricense contra el Cáncer, y éste giró a la Caja 38.600 millones de colones, de los cuales solo se han utilizado 1.800 millones en la lucha contra la enfermedad, según el último informe de la Contraloría General de la República.
La Caja aún no sabe cómo ni qué hacer con el dinero.
Las inversiones no están definidas, las metas y los indicadores de desempeño brillan por su ausencia, según la Contraloría.
No hay una explicación aceptable ni del atraso en la atención ni de la falta de previsión.
Existe, abro comillas “una débil articulación e integración en la Red de Servicios de la Caja para el abordaje del cáncer” cierro comillas.
La tan divulgada red oncológica nacional no ha iniciado, y como ejemplo, observamos la distribución del personal que conformó y capacitó el extinto Instituto, que fueron ubicados en diferentes centros médicos, donde los adaptaron a realizar otras tareas, distintas a la experiencia que habían acumulado.
En el Hospital de Alajuela, 800 pacientes esperan el resultado de las biopsias practicadas para saber si padecen cáncer o no. 1 solo patólogo para tantas biopsias.
En el Calderón Guardia se ofrecen citas hasta 5 meses en Cirugía Oncológica, y en el San Juan funciona 1 única sala quirúrgica y 16 camas.
No entiendo por qué, teniendo recursos ociosos, documentados por el informe de la División de Fiscalización Operativa y Evaluativa de la Contraloría General de la República, naufragamos en un caos en la atención oncológica nacional. Continúan falleciendo más pacientes de cáncer, que de accidentes de tránsito en nuestro país.
En el Movimiento Libertario siempre vimos con recelo el cierre del Instituto y el traspaso de todo a la Caja, sabíamos que si no era posible resolver listas de de espera en padecimientos menos riesgosos, más confusa sería la atención centralizada del cáncer en una Institución ineficiente y compleja como es la Caja.
Irónicamente, en la Comisión de Asuntos Sociales, durante el análisis de la ley antitabaco, nos hemos enfrascado en discusión de colones más, o colones menos, en el impuesto a los cigarrillos, dizque para financiar mejor la lucha contra el cáncer producto del fumado.
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