Nadie sabe con quien se casa hasta que se divorcia, me decía una sabia vecina uno de estos días.
Hoy resulta que el socio parlamentario del Partido Liberación hasta hace 15 días, es hoy el Partido cuestionado por los mismos diputados liberacionistas.
Cómo es que don Otto Guevara, hasta el 1 de mayo pasado era un hombre probo y un aliado de lujo, aceptado por los parlamentarios liberacionistas, es hoy un chancho rojo, según opiniones vertidas hoy en este parlamento.
Si ser chancho es no ser liberacionista, bendito epíteto si esa es la connotación empleada.
Qué culpa tiene el expresidente Oscar Arias, de haber tenido como Jefe de Signos Externos en su primera campaña electoral, a don Ricardo Alem León, o como su diputado oficialista a don Leonel Villalobos, ambos dirigentes connotados del Partido Liberación Nacional.
El mismo filtro que hoy reclaman al Movimiento Libertario fue el que utilizaron en el Partido Liberación Nacional.
Por lo visto, ningún partido político tiene una bola de cristal para vaticinar el comportamiento futuro de sus simpatizantes o militantes.
Los maestros del financiamiento político con el patrimonio de los bancos del Estado, los maestros del fraude electoral, los maestros de los negocios de la concesión de la Autopista a Caldera, los maestros de la Concesión de Crucitas, nos vienen a dar esta tarde lecciones de ética y moral.
Pido a Dios que puedan cicatrizar rápido las heridas que recibieron hace 2 semanas , pues la campaña que han desarrollado algunos medios de la prensa escrita, también resentidos por la conformación de la Alianza por Costa Rica, le hace un flaco favor al sistema político costarricense.
El patrimonio personal y familiar de Don Otto, su uso y administración, son del resorte exclusivo de la familia Guevara, y si su deseo es hipotecarlas, regalarlas o venderlas, ello le incumbe única y exclusivamente al Sr. Otto Guevara. Los suyos son bienes privados, no públicos, y por lo tanto no están sujetos a la aprobación ni a la investigación de los compañeros liberacionistas.
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