Deseo retomar el análisis de un conflicto que de nuevo adquiere mayor notoriedad por lo delicado de su temática laboral.
En la Comisión Plena Segunda se debate la eliminación del término “personas” del artículo 323 del código de trabajo, mediante un acuerdo entre un grupo de “supuestos taxistas informales” , mal llamados porteadores, el gobierno, y los “transportistas regulados de personas” mal llamados “taxistas formales”, que también son porteadores ante la ley.
No es conveniente, tal como se ha presentado en dicha Comisión, aprobar un acuerdo que elimina el “porteo de personas”; pues como lo han expresado diversos expertos y catedráticos en derecho comercial, sería dejar sin sustento legal a todas las restantes modalidades de tranporte de individuos, obligando a los tribunales a resolver los problemas con base al Código Civil, la costumbre mercantil, y los principios generales del Derecho.
La salida más viable, lógica y justa es liberar la prestación del servicio de transporte de personas mediante una reglamentación básica y participativa que exija calidad en la oferta y asegure protección al usuario.
En las grandes metrópolis del mundo, como Buenos Aires, México D.F, Sao Paolo, es abundante la cantidad de vehículos que ofrecen servicio de traslado de personas en abierta coexistencia pacífica y sana competencia. No existen ahí grupos de privilegio creados al amparo de gobiernos clientelistas, ni feudos proteccionistas producto de gratificaciones electorales por parte de un estado tutorial y paternalista.
El Movimiento Libertario no apadrina ningún elitismo empresarial ni mercantilismo político!!
Creemos en una competencia abierta que beneficie a los costarricenses y que no acepte imposiciones tarifarias de grupos de presión, ni de una Autoridad Reguladora complaciente.
El servicio de traslado de personas con unidades adecuadas, precios razonables en las diversas modalidades de transporte público, permitiría a gran cantidad de ciudadanos usar ese medio antes de usar los propios. Una cantidad suficiente de unidades dedicadas a esta labor debe ser tan grande como sea la demanda de los servicios por parte de los habitantes.
Debemos liberalizar este mercado cautivo que privilegia sectores de nuestra economía.
Nos decía un taxista Mexicano del Distrito Federal, donde abunda la oferta de este servicio a precios cuatro veces inferios al nuestro, que allá cualquier propietario de vehículo puede ingresar al mismo cumpliendo cinco requisitos generales ante la oficina competente:
Pintar el auto del color común a todos, modelo no mayor a 5 años atrás, una maría a tarifas bajas reguladas, licencia de conducir al día y una póliza de seguro especializada. Si no le va bien en el negocio el mismo mercado lo elimina de circulación.
Ejemplos similares de libre competencia hemos vivido en Costa Rica con otras actividades de nuestra economía en años recientes: Se hablaba hace 15 años que la llegada de los bancos privados traería la quiebra de la banca del estado, hoy día vemos el auge y coexistencia de ambas con rentas exitosas tanto para banqueros como para acredores y usuarios. Caso semejante ha sucedido con la llegada de la educación universitaria privada en competencia con las universidades públicas, donde notamos que la saturación de las privadas tocó límite de expansión dentro del mercado educativo.
Nuestra posición política e ideológica será continuar defendiendo al ciudadano para mejores y mayores servicios de calidad, colaborar con todo aquel que quiera buscar el sustento digno de su familia en igualdad de oportunidades y emprendimientos productivos, y nunca estar al servicio de grupos económicos de privilegio en detrimento de todos los ciudadanos.
Muchas gracias.
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