lunes, 7 de abril de 2014

TOLDOS Y REDONDELES



La desigualdad en el acceso a la educación pública ocupa de nuevo nuestra atención, así como también la reiterada inequidad en la calidad de oportunidades básicas, para que los jóvenes se preparen para el trabajo y el emprendimiento.

La prensa escrita nos alerta sobre las precarias condiciones en que reciben lecciones más de TREINTA Y CINCO MIL ALUMNOS DE PRIMARIA Y SECUNDARIA  en nuestro país.

SETENTA Y NUEVE ESCUELAS Y COLEGIOS funcionan bajo toldos, sombras de frondosos árboles, redondeles para festejos taurinos, edificaciones de asociaciones de desarrollo, salones parroquiales y hasta galerones abandonados.

La portada de un diario de circulación nacional nos muestra una fotografía de los alumnos del Liceo de Quebrada Ganado, cantón de Garabito, donde doscientos veintisiete alumnos de Tárcoles, Jacó, Orotina y Herradura, reciben clases en el redondel de toros de esa comunidad, bajo temperaturas hasta de treinta y cinco grados, ráfagas de polvorienta brisa y materias fecales en sus alrededores.

A quince kilómetros de ahí, se ubica el Liceo Rural de Tárcoles con cientro ocho alumnos, en un antiguo hospicio de huérfanos tomado por invasión de su Junta Directiva ante la necesidad apremiante de tener al menos un remedo de centro educativo.

Hace diez meses aprobamos en esta Asamblea el cacareado Fideicomiso Educativo por ciento sesenta y siete millones de dólares, para que el Ministerio de Educación y el Banco Nacional, priorizaran las obras de mayor urgencia en la reparación y creación de nueva infraestructura educativa, proceso que todavía no ha despegado.

Y lo dije en varias oportunidades, y lo reitero, mientras la Dirección de Infraestructura Educativa, adscrita al Ministerio de Educación, continúe gerenciando, en asocio con las Juntas de Educación y las Juntas Administrativas, estos procesos de compras y licitaciones, seguiremos con la ineficiencia y lentitud en la adjudicación de obras y de todo tipo de contrataciones de la infraestructura requerida.

Personalmente no voté dicho fideicomiso, pues hace más de tres años presentamos un proyecto de ley para reformar el ente encargado de este tipo de obras, con personería jurídica y autonomía propia, adscrito al MEP, y no ha sido posible lograr su aprobación en la corriente legislativa, pues desde la alta jerarquía del Ministerio de Educación se ordenó su paralización.

Pero no solo es importante equiparar las condiciones de calidad en los centros urbanos y rurales públicos en cuanto a edificaciones, sino que la inclusión de materias como la informática y el aprendizaje de un segundo idioma, son también necesarias para la equidad de la formación estudiantil, de tal manera  que todos los educandos salgan a competir al mercado laboral en igualdad de condiciones, aunque después, considerando las diferencias entre los seres humanos, cada cual tenga metas y niveles de prosperidad distintos.

He querido de nuevo hacer este recordatorio, con la esperanza que el nuevo grupo de legisladores electos, y los nuevos gobernantes que escogeremos el próximo domingo, se sensibilicen ante esta situación tan deplorable, que pareciera no haber sido una prioridad para quienes muy pronto entregarán la rectoría de la educación pública en nuestro país.

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