miércoles, 23 de octubre de 2013

Adulto Mayor

En este mes conmemorativo del adulto mayor, se han publicado datos acerca de las condiciones en las que se encuentran estas personas. Me parece de suma importancia reflexionar sobre los datos publicados que son obtenidos del Informe Global de Envejecimiento 2013, realizado por Helpage International, con el respaldo del Fondo de Población de Naciones Unidas (UNFPA), en donde se indica que en el 2012 el 10% de la población costarricense era adulta mayor, pero que en el 2050 llegará al 30%.
Aunque este mismo índice señala que Costa Rica es uno de los países que ofrece mejores condiciones para envejecer, debemos recordar que estas condiciones son producto de la preparación que se inició hace más de cincuenta años, resultado de decisiones acertadas para el desarrollo de Costa Rica.
Sin embargo, tenemos el deber de evaluar si nuestro país está realizando las reservas necesarias para enfrentar a una población proporcionalmente tres veces mayor a la de hoy, en unos pocos años.
Un tema importante que no es mi objetivo desarrollar en esta intervención, es la transición demográfica que estamos viviendo, o sea el aumento relativo de la población en edades potencialmente inactivas. Este es un elemento a considerar y tomar así previsiones para los próximos años. Asimismo, el aumento existente en la población económicamente activa, o en edad productiva, traerá consigo que estas mismas personas serán adultos mayores en unos cuantos años, y tendrán las necesidades especiales propias de esta etapa de la vida. Si a lo anterior le agregamos que la tasa de natalidad en nuestro país cada vez se reduce más. Y tendremos como resultado un rápido envejecimiento poblacional al estilo de los países de Europa occidental.
Esto significa que tendremos más adultos mayores y menos personas jóvenes que laboren y cuiden de ellos. Siendo así, nuestro país debe tomar decisiones importantes.
Una de las acciones urgentes por tomar es la supervisión de la infraestructura, pues algunos de nuestros edificios son muy antiguos, y no cuentan con adecuadas condiciones de accesibilidad. En muchos de los casos, las autoridades han obligado a algunos comerciantes a realizar cambios estructurales en edificios que no fueron construidos para soportar rampas ni ascensores, haciendo a los comerciantes incurrir en gastos enormes si no quieren ver cerrado su negocio, añadiendo rampas mal hechas que a la larga resultan más peligrosas para la mayoría de sus usuarios.
Desde hace mucho tiempo, Costa Rica necesita un plan de ordenamiento enfocado al acceso universal, y a la modernización y embellecimiento de nuestras ciudades con los recursos que hoy en día recaudan las municipalidades. Otra decisión por tomar, es el fortalecimiento de las instituciones que atienden a esta población. Ya existen las instituciones y los recursos asignados a estas, pero como en muchos otros ámbitos, la recaudación y dirección de los recursos no es la mejor. Este problema debe ser corregido, ya que ha significado el pretexto perfecto para justificar el implemento de más impuestos. Los recursos existen, los costarricenses saben muy bien cuánto deben dar de sus ingresos al Gobierno, pero si no se dirigen de manera eficiente, las necesidades básicas de nuestra población adulta mayor nunca serán satisfechas. Esta ha sido una posición libertaria desde que hemos tenido representación en la Asamblea Legislativa.
Pero quizá lo más importante, para atender a la población adulta mayor en aumento, sea el fortalecer su autoestima, mejorarle sus hábitos de alimentación, y prepararnos para adecuar nuestro sistema de salud hacia la atención de las enfermedades propias de la vejez, preparar más médicos y enfermeras con estudios en Geriatría, fomentar la promoción de la salud con campañas educativas permanentes, y orientar a nuestros hijos en la enseñanza de valores como el respeto, el amor y la admiración hacia los mayores, pues aquellos jóvenes de hoy, serán quienes se encarguen de nosotros en años venideros.

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