Es evidente que la reiterada argumentación de una autonomía, derivada de nuestra Constitución Política para la Caja del Seguro Social, requiere de análisis profundo y de una reorientación por parte de la Asamblea Legislativa.
Todo intento de reforma, toda sugerencia para la mejora de los servicios de salud, que no provenga del seno mismo de dicha Institución, topa con la reiterada cantaleta de la “inconstitucionalidad”, tanto por parte de los jerarcas de turno, como de algunas opiniones legales emanadas de los servicios de apoyo legislativo.
Algo tendremos que hacer las legisladoras y legisladores para que podamos implementar cambios positivos a lo interno de la Caja, sin que se nos acuse de violentar la autonomía propia de la Institución.
El más reciente error el de la Presidencia Ejecutiva, y de sus compañeros de Junta Directiva en la CCSS, es haber revertido el proceso iniciado con La “Ley de Desconcentración de Hospitales y Clínicas,” promulgada en el cuatrienio 1998-2002. Este ha sido un instrumento de gestión que, nunca gozó del beneplácito de los expertos en salud del PLN; excepción del Dr. Edgar Mohs, quien en un reciente artículo avaló en todos sus extremos la aplicación de esta ley. Desde el año 2002, el expresidente Abel Pacheco, siguiendo directrices de sus cercanos asesores liberacionistas, suspendió el proceso de desconcentración administrativa iniciado por su antecesor, el expresidente Rodríguez.
El haber trasladado a los directores de hospitales y clínicas, el manejo de los presupuestos, los recursos humanos y las compras de activos, bienes y servicios, fue un enorme avance, en la gestión moderna y eficiente de la gerencia de los centros de salud en la CCSS.
Echar la culpa de las enormes “listas de espera” en cirugías, de procedimientos diagnósticos, y de las citas a especialista, al sistema de desconcentración, es una cortina de humo para no responsabilizar de esta crisis, así como de la debacle financiera institucional, a quienes son los verdaderos culpables de la quiebra del sistema de seguridad social: los jerarcas del sector salud del PLN nombrados en las 3 últimas administraciones.
Se ha dado un serio golpe a la autonomía de los hospitales y de las clínicas, al retirarles ese instrumento gerencial que era la desconcentración. Lo que se pretende es volver al vetusto sistema de una poderosa jerarquía burocrática en la Avenida Segunda, para el control absoluto de los recursos humanos, los nombramientos, la contratación administrativa y las compras, en el nivel central. El clientelismo electoral en su máxima expresión.
No ha sido posible que las autoridades de salud del país comprendan que, para salir adelante, se requiere un nuevo sistema de atención sanitaria, donde otros actores como cooperativas, asociaciones, sociedades, fundaciones, universidades públicas y privadas, actuando en conjunto con la CCSS, puedan crear una red de servicios competitiva, que logre mejorar la atención oportuna y de calidad para todos los cotizantes de la seguridad social.
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