La alianza opositora para el 2014 no será un acuerdo formal de fuerzas políticas, sustentadas en un algún documento protocolar debidamente rubricado.
Esta alianza será una cruzada heroica, gestada en el sentimiento nacional del ser costarricense, que nunca ha comulgado con regímenes de partido único, ni con la concentración excesiva del poder político.
No es al amparo de declaraciones inoportunas y excluyentes, emitidas por dirigentes emergentes o decadentes, como se puede decretar el devenir futuro de la historia política de Costa Rica.
La conocida frase de: “No hay nada más poderoso que una idea a la cual le ha llegado su momento”, cobra hoy día cada vez mayor actualidad.
Un pueblo a la deriva, convencido de una sensación de falta de un norte definido, frustrado y cansado de déficits fiscales, de más cargas impositivas, de gasto público desmedido, tendrá la forzosa disyuntiva de unirse para un golpe de timón, o de continuar al garete con 4 años más de lo mismo. Por ello, la “idea fuerza” de una alternativa de cambio para el 2014, será una poderosa y espontánea realidad en el espectro político nacional.
El sentimiento de unión electoral de las fuerzas de oposición, va a estar por encima de nombres y de hombres, por encima de resentimientos personales de resultados adversos.
El momento histórico que vive Costa Rica, no está para vetos ni rechazos, mucho menos para posiciones de un nuevo CATÓN, Marco Porcio Catón, político, escritos y militar romano antes de Cristo, apodado “el Censor”.
Los Catones de la política nacional no pueden constituirse en impolutos y únicos depositarios de la moral, la ética y la verdad, en momentos que la patria requiere de posiciones humildes, de conciliación y convergencia nacional, para poder hacerle frente con valentía y entereza, a las oscuras pretensiones de un peligroso continuismo, que daría al traste con la conveniente independencia de poderes, y con un sano equilibrio político adecuado en las instituciones públicas para estatales.
Tengo una fe enorme en la sapiencia, inteligencia, y discernimiento de todos los costarricenses.
Es por ello que la unión de mentes y de almas para la elección del 2014 será una venturosa realidad, aunque ello suceda como un fenómeno espontáneo el propio día de las elecciones.
Los ciudadanos deberán entender, que una dispersión del voto opositor, sería de muy serias consecuencias para la continuidad de la democracia, por más centenaria y pacifista que ella sea.
Albergo la esperanza que muy por encima de declaraciones divisionistas, estará la fusión de sentimientos y mentes de todos los que creemos en un destino superior para nuestra patria.
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