Nos aproximamos al cierre de un año más de labores, y a la par de un arduo proceso de negociación y aprobación de leyes país, también concluimos un año y medio de un fenómeno que yo, con gran pesar, he denominado el culto a la estupidez humana.
El colmo de la estupidez es aprender lo que luego hay que olvidar, ha dicho Erasmo de Rótherdam; nada en el mundo es más peligroso que la ignorancia sincera y la estupidez concienzuda, sentenció Marthin Luther King.
La diferencia entre genialidad y estupidez es que la genialidad tiene límites; autor desconocido.
Y es que al final del gran drama de la investigación a los partidos políticos, han quedado las trizas de dirigentes nacionales y cantonales avasallados por la estupidez del ser humano.
La metáfora popular tan explícita y contundente que, “ el clavo que sobresale siempre recibe un martillazo”, cobra hoy mayor vigencia.
La comedia vivida en la Comisión que investigó el Financiamiento de los Partidos Políticos, está pronto a finalizar, y cual antigua función de títeres, desde Pantaleón hasta El Diablo, desde La Muerte hasta Doña Yaya y Chiricuto, todos descabezados y tendidos en el tinglado, producto de los paletazos a la cabeza entre unos y otros.
Qué estupidez la del ser humano !!!
Qué tendencia más torpe hacia el masoquismo y la autodestrucción !!!
Qué vendetta Siciliana más sin sentido y sin rumbo !!!
Carne de cañón para la prensa escrita y para las televisoras, circo romano para los asustados votantes, honras y patrimonios que con estoicismo se levantan de nuevo, después del estúpido avasallamiento de tirios y troyanos, desde los que se autoproclamaron abanderados de la ética y la impolutez, hasta los sospechosos mortales de actos sin dolo, al calor de un nuevo código electoral, en la práctica desconocido en el ejercicio de la contienda política.
Como lo dije hace más de 18 meses en este Plenario, la graciosa canción de Celia Cruz, donde Songo le dio a Borondongo, Borodongo le dio a Bernabé, y Bernabé le pegó a Muchilanga, fue tristemente revivida en esta Asamblea Legislativa en el último año y medio.
Cual ha sido el producto final de esta espantosa pantomima, sino el alejamiento de los electores de la actividad electoral, y el desdeño de los ciudadanos, editorialistas y opinólogos hacia la clase política nacional.
Espero que durante el año electoral que pronto inicia, nos tome con la lección aprendida, y que sea el debate de altura, la discusión sesuda de cómo buscar soluciones, de la confrontación de ideas para dar respuesta a tantos frentes, la tesis predominante durante los próximos meses.
Que todo lo acontecido, sirva para nunca más ninguno de nosotros se sienta por encima del bien y del mal, para que nadie se arrogue la patente exclusiva del Olimpo; todos somos seres pensantes al fin, susceptibles de cometer acciones u omisiones inherentes a todo ser humano. Que nada de esto haya sido en vano.
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