martes, 26 de octubre de 2010

El Financiamiento de los Partidos Políticos


Una vez más los bonos de la deuda política vuelven a ser objeto de tendenciosas y suspicaces noticias, en uno de los diarios catalogado entre los más serios y objetivos del país.
Es una verdadera lástima, o talvez una omisión adrede,  que el Código Electoral no hubiere contemplado la obligación del Estado en otorgar equidad y accesibilidad a los recursos económicos para TODAS LAS FUERZAS POLITICAS que compiten en los procesos electorales.
Resulta grotesco como, la Banca Estatal, controlada por el GOBIERNO DE TURNO, que nombra a placer los miembros de sus juntas directivas, decidió otorgar en exclusiva la compra de bonos de la deuda política al PARTIDO GOBERNANTE de turno, dejando en absoluta indefensión y desigualdad de trato a los partidos políticos que no son afines al grupo en el poder.

EL Movimiento Libertario, El PAC,  EL PASE. EL FRENTE AMPLIO; RENOVACION COSTARRICENSE y RESTAURACION NACIONAL, se vieron, se ven, y se verán en la incómoda situación de buscar las fuentes no estatales para poder conseguir el financiamiento adelantado de la deuda a que tienen derecho, y poder así hacerle frente a un poderoso gigante que manipula el poder económico y electoral , cerrando el crédito a las fuerzas e ideologías que les son adversas.

Tengo aún fresco en mi memoria  las penurias que vivió el Partido Acción Ciudadana, cuando el Banco de Costa Rica le negaba los fondos garantizados con bonos, y se los liberó a escasas 3 semanas del final de la contienda, cuando la apuesta electoral era difícil de cambiar y el recuento final era la crónica de un resultado  anunciado.

Nosotros en el Movimiento Libertario, debimos recurrir a ofertas de depreciación de nuestros bonos hasta en un 15%  menos de su valor, y colocarlos así en otras fuentes no estatales, para poder hacerle frente a los gastos que una campaña política  competitiva demanda en la actualidad.

Si estos chantajes económicos continúan,  si solo el Partido Gobernante tiene acceso a los fondos de todos los costarricenses,
¿De qué le sirva a nuestra democracia, la mal llamada deuda política estatal....?

Estoy convencida que la actual Comisión de Asuntos Electorales, deberá tomar cartas en el asunto, para introducir las reformas al Código Electoral, que permitan un justo acceso de TODOS LOS PARTIDOS POLITICOS al financiamiento aportado por el SISTEMA BANCARIO NACIONAL del ESTADO, respetando siempre el porcentaje de acuerdo a los votos recibidos, y no con   base en eventuales encuestas de intención de voto, subjetivas, manoseadas y alteradas, con el morboso fin de negar los recursos que son de todos nosotros, los co-propietarios de los bancos públicos; falseando así la estabilidad emocional y fidelidad de los seguidores que no comulgan con los jerarcas de turno.

Esta tarea es de urgente necesidad para la consolidación real de una democracia, ejemplo del mundo, que presume de ser igualitaria, transparente, incorruptible y ampliamente participativa.

Nuevos derroteros del Cooperativismo

La Educacion especial y las personas de la tercera edad

Indudable es el papel protagónico que el cooperativismo ha jugado en el desarrollo socio económico del país.
Reconocible, a todas luces, es el trabajo de la dirigencia cooperativista, quienes, en conjunto con la enorme masa de trabajadores afiliados a cooperativas de distinta esencia productiva, favorecen el ascenso social, el desarrollo de comunidades y sectores, e impulsan decisivamente el progreso de Costa Rica.
Como Diputada de la República, miro, sin embargo con preocupación, dos segmentos de población que requieren de un apoyo inmediato y sostenible por parte del cooperativismo: la Educación Especial y la Tercera Edad.
La población estudiantil que requiere un proceso más focalizado de atención, no siempre puede satisfacer sus necesidades por la falta de personal especializado, la limitación de los recursos que maneja el centro educativo, y la estrechez de visión integral educativa que muestran muchos de nuestros programas de enseñanza, dirigidos a los alumnos (as)  que requieren educación especial.
La constitución de cooperativas conformadas por profesionales en la materia citada, vendría a suponer una apuesta por ofrecer este servicio a miles de estudiantes, impidiendo así se queden rezagados en su proceso de aprendizaje.
Cooperativas de Educación Especial, unidas estratégicamente con el Ministerio de Educación Pública, el Patronato Nacional de la Infancia, Instituciones Privadas de enseñanza, la Caja Costarricense del Seguro Social, y demás organizaciones que velen por la salud y educación de nuestros jóvenes, serìa una fórmula exitosa para esta necesidad.
Otro segmento de población que el país, en su fase productiva, y que de manera increíble no toma en cuenta es el de la tercera edad.
Miles de ciudadanos (as) mayores de 60 años, mantienen positivas sus capacidades y ánimo de lucha por la vida. Están deseosos de producir, de sentirse útiles,  ganar su sustento y mantener independencia.
Pero, el sistema económico nacional los ignora, los convierte en “seres inservibles”, y los relega a un lado de la sociedad.
Esto tiene que cambiar, y solo el cooperativismo lo puede hacer. Constituir cooperativas de adultos mayores, en diversas facetas de la producción nacional, aprovechando ese tesoro que es la experiencia de estas personas, volviendo a ponerlas al servicio de la sociedad, es algo que no se puede despreciar.
Las cooperativas de adultos mayores vendrían a reformular el derecho humano que tienen estas personas, de sentirse útiles y ganar dignamente el sustento.
Es hora que las autoridades del cooperativismo analicen y propongan acción sobre estos dos temas: educación especial y adultos mayores.
Diversificar la actividad cooperativa, explorando áreas en las que no ha incursionado, solamente ofrece beneficios para fortalecer el espíritu cooperativo.
Integrar a màs miembros de la sociedad en esta rica experiencia de progreso social, bajo la cobertura hacia educandos especiales y adultos mayores, cimenta decisivamente el carácter social que en el cooperativismo, ha sido bandera permanente de lucha.